martes, 15 de mayo de 2012
El Tango es la danza de abrazo por excelencia. Con el nacimiento del tango se inaugura una manera de bailar inexistente hasta entonces, la danza de pareja abrazada, aporte revolucionario a la danza universal. Pero hay otros aspectos que hacen al tango diferente de las demás danzas populares: Mientras que en estas la parte coreográfica determinante es la forma (el "qué se hace" al bailar) y la parte calificante la manera (el "como se hace" esa danza), en el tango ocurre exactamente lo contrario, lo que determina es la manera y lo que califica es la forma. El tango no posee una coreografía preestablecida, por lo tanto no puede ser la forma el factor determinante, la coreografía se improvisa, se va creando en el momento de su ejecución. Y pese a ser importante esa creatividad de la forma, nunca puede ser tan importante como la manera de hacer lo que hacemos, que es lo que realmente determina lo que es tango y no otra cosa. Otra diferencia estriba en la apoyatura coreográfica: las otras danzas populares se apoyan en los ritmos, mientras que el tango salta al otro pentagrama y apoya la coreografía ondulando sobre la melodía. Esta cualidad amplía en mucho su espectro. La posibilidad creativo-expresiva que da el no estar obligado a una apoyatura prevista nos permite, en primer lugar, volcar nuestra personalidad en el desarrollo de la danza, la libertad de los movimientos y las pausas en relación directa con la música tal como cada cual la siente, tal como a cada cual le inspira, tal como cada quien se siente...
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