Con una formación y un conocimiento de la dinámica corporal adquirida durante muchos años de práctica de otras disciplinas, y conocedor desde temprana edad de la cultura del tango en su vertiente musical y poética, Oscar Calvo se inicia en la práctica del tango-danza a mediados de los años noventa y, tras varios años de preparación apasionada, decide pasar a la docencia, labor entusiasmada que realiza desde el año 2003. Durante toda su trayectoria, tanto discente como docente, visita con regularidad Buenos Aires donde hace acopio de enseñanzas de los más prestigiosos maestros del mundo, de diversas tendencias técnicas y estilísticas, tanto del tango tradicional como del nuevo. Gustavo Naveira y Giselle Anne, Julio Balmaceda y Corina de la Rosa, Diego Riemer y Mercedes Espinel, Jorge Firpo y Aurora Lubiz, Carlos y María Rivarola, Osvaldo Zoto y Lorena Ermocida, Carlos Gavito y Marsela Durán, Gabriel Missé y Alejandra Mantiñán, Ana Mª Schapira, Pablo Villarraza y Dana Frígoli o Chicho Frúmboli y Juana Sepúlveda, son solo ejemplos de un largo etc. de sus maestros que ascienden a más de medio centenar.
La síntesis de todo este bagaje de conocimientos más las conclusiones del personal estudio analítico y la propia experiencia docente determinan, como es natural, su sistema metodológico. Le interesa menos el aprendizaje memorístico de figuras que el aspecto técnico del movimiento, el abrazo, la percepción y escucha del otro cuerpo, la conexión, el lenguaje corporal, el sentimiento y la musicalidad. Las figuras aprendidas son meras proposiciones, ejemplos de creatividad, guiones provisionales con los que empezar a desarrollar el tango orgánico y personal con calidad antes que cantidad. Oscar imparte o ha impartido sus enseñanzas en diferentes ciudades, como Madrid, Bilbao, Vitoria, Valladolid, Logroño, Zaragoza, Burgos o Salamanca.
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Oscar Calvo
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